¿Qué es un absceso dental?
Un absceso es una bolsa de pus. Los abscesos se pueden formar en muchas áreas del cuerpo, incluso alrededor de los dientes y las encías. Quizás el tipo más común de absceso que ven los dentistas son los abscesos periapicales.
Los abscesos periapicales son abscesos que se forman alrededor del ápice de un diente, es decir, la punta de las raíces del diente. En este blog, cuando nos referimos a un “absceso dental”, nos referiremos a un absceso periapical.
¿Qué causa los abscesos dentales en los niños?
Los abscesos periapicales son causados por infecciones bacterianas en la pulpa dental. Un diente se compone de tres capas: una capa exterior dura, una segunda capa porosa, y un centro blando lleno de nervios conocido como pulpa dental. Cuando una infección bacteriana hace que la pulpa dental de un niño se inflame gravemente, el niño puede desarrollar un absceso alrededor del diente infectado.
La pulpa dental de un niño puede infectarse de varias maneras. A menudo, estas infecciones son el resultado de caries no tratadas en los niños. Cuando no se trata, una caries se vuelve tan profunda que llega a la pulpa dental. Cuando esto sucede, las bacterias pueden invadir la pulpa dental, lo que provoca inflamación o necrosis pulpar (muerte de la pulpa dental) y, a menudo, un absceso dental posterior.
En algunos casos, las lesiones dentales también pueden provocar abscesos dentales. Por ejemplo, si el diente de un niño tiene una fisura profunda, las bacterias pueden entrar en la pulpa dental del diente a través de esa fisura. Como otro ejemplo, cuando se “empuja” el diente de un niño durante un accidente, el nervio y los vasos sanguíneos dentro del diente pueden cortarse o dañarse, lo que puede provocar una infección futura.
Si la placa dental no se elimina, esta se convertirá en sarro, lo que dificultará su posterior eliminación.
¿Es un absceso dental una emergencia dental?
Si sospechas que tu hijo puede tener un absceso dental, es importante buscar atención lo antes posible. Llama al dentista de inmediato e informa sobre los síntomas de tu hijo. Si no se trata, un absceso dental puede extenderse a otras partes del cuerpo, lo que puede provocar complicaciones médicas graves. En casos raros, los abscesos dentales pueden incluso provocar afecciones potencialmente mortales, como abscesos cerebrales y angina de Ludwig.
Si tu hijo experimenta dificultad para respirar, dificultad para tragar, hinchazón en el cuello, hinchazón facial severa u otras afecciones potencialmente mortales, primero debes buscar tratamiento inmediato para ayudar a controlar la infección y estabilizar a tu hijo.
Tenga en cuenta que muchos hospitales no tienen dentistas en el personal. Si el hospital que visitas no tiene un dentista, tu hijo deberá ver a un dentista lo antes posible después de salir del hospital para que le traten el absceso dental.
¿Cómo puedo saber si mi hijo tiene un diente con absceso?
Los síntomas que experimentará un niño con un absceso periapical dependen de una serie de factores, incluido el grado de propagación de la infección bacteriana. Los síntomas pueden incluir:
- Dolor intenso en el diente afectado (y posiblemente en los otros dientes, la oreja del niño, el cuello, la sien y/o los ojos)
- Sensibilidad a la temperatura
- Sensibilidad a la presión ejercida sobre el diente afectado.
- Movilidad dental
- Cambio de color en el diente afectado (el diente se vuelve oscuro)
- Hinchazón y enrojecimiento en las encías cerca del diente afectado
- Hichazon facial
- Ganglios linfáticos inflamados debajo de la mandíbula o en el cuello del niño
- Fiebre
Si sospechas que tu hijo puede tener un absceso dental, debes comunicarte con el dentista de inmediato. Un dentista pediátrico puede usar radiografías dentales para confirmar la presencia del absceso y determinar su ubicación exacta.
¿Cómo se trata un diente con absceso en un niño?
Para tratar un absceso periapical y evitar que la infección se propague, un dentista debe extirpar el tejido infectado. Dependiendo de la gravedad, esto se puede lograr mediante una endodoncia o una extracción dental.
En algunos casos, la hinchazón alrededor del diente del niño puede ser tan grave que estos procedimientos no se pueden realizar de manera segura. En tales casos, al niño primero se le pueden recetar antibióticos para controlar la infección y reducir la hinchazón para que luego se pueda realizar la extracción del diente o del conducto radicular.
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