Historia de la osteointegración de implantes dentales
La osteointegración de los implantes fue descubierta por primera vez en la década de 1950 por el cirujano ortopédico sueco Per-Ingvar Brånemark. Usó una cámara de implante de titanio para estudiar el flujo sanguíneo en el hueso de un conejo. Sin embargo, cuando intentó retirar el implante no pudo porque se había fusionado completamente con el hueso y denominó su hallazgo “osteointegración”. Su teoría sugería que el óxido de titanio se fusiona permanentemente con el hueso, fijando el implante en su lugar. En 1965, Brånemark colocó los primeros implantes dentales en un paciente humano, inventando una nueva opción de tratamiento que cambiaría drásticamente el campo de la odontología.
Factores que influyen en la osteointegración
Una vez que se ha instalado un implante dental y el hueso comienza a crecer en él, es imposible retirar el implante sin dañar el hueso. El grado de integración del hueso con el implante se ve afectado principalmente por los siguientes factores:
- Material para implantes dentales: originalmente se creía que la osteointegración era exclusiva del titanio de alta pureza, sin embargo, si bien esto constituye la base del tratamiento con implantes dentales, hoy en día existe una amplia gama de materiales que pueden integrarse con el hueso. Otros materiales incluyen implantes dentales de circonio y ciertas cerámicas como la hidroxiapatita, sin embargo, no se han investigado exhaustivamente en el entorno clínico.
Si la placa dental no se elimina, esta se convertirá en sarro, lo que dificultará su posterior eliminación.
- La superficie y estructura del implante: se cree que la capacidad del titanio de alta pureza para osteointegrarse tan bien con el hueso se debe a la capa de óxido de titanio que se forma en la superficie del implante, descrita como osteoconductora ya que conduce a la formación de hueso. Múltiples fabricantes de implantes dentales han realizado modificaciones en la superficie del implante para aumentar su biocombatibilidad y acelerar la tasa de osteointegración.
- Calor: calentar el hueso durante la cirugía de implantes a temperaturas superiores a 50 °C puede provocar la muerte celular y prevenir la osteointegración de los implantes. Se tiene mucho cuidado en los lugares de los implantes para evitar un aumento de temperatura, lo que ha llevado a un diseño inteligente de la velocidad de perforación.
Otras aplicaciones de los implantes osteointegrados
Las ventajas de la osteointegración no sólo se utilizan en los implantes dentales, el potencial en el campo de las prótesis es ilimitado. Con las prótesis osteointegradas, las prótesis se pueden integrar en el hueso, lo que les permite asentarse firmemente sin causar dolor ni limitar la libertad de movimiento del paciente. En el caso de huesos gravemente rotos, se pueden osteointegrar varillas para estabilizar el hueso mientras sana y agregar soporte para evitar que el hueso se rompa nuevamente. El proceso de osteointegración también se ha utilizado en oídos, ojos y narices artificiales con un alto grado de éxito.
Lo que comenzó con un conejo ha llevado a un avance en la odontología que permite a los pacientes reemplazar los dientes perdidos de manera efectiva. La osteointegración de los implantes dentales en el hueso de la mandíbula del paciente permite una carga significativa, lo que les permite comer la mayoría de los alimentos y hace que los implantes dentales sean la mejor solución para reemplazar los dientes perdidos.
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